On May 1, 1843 Our Lady of Mercy School opened in St. John’s with four teachers – Sisters Francis Creedon, Ursula Frayne, Rose Lynch and Joseph Nugent, the latter having made profession of vows as a Sister of Mercy on March 25 of that year.
By this time, the Sisters had been in Newfoundland for almost a year, a year in which they devoted themselves to the visitation and care of the poor and the sick of the town, traversing the narrow streets and visiting the rude shacks in which many of the Irish Catholics lived. Forty-two pupils were enrolled when the school opened, and in the following year fifty-five students were in attendance.
Newspapers of the day tell us that course selections included Geography, Use of the Globes, History, Latin and Italian, plain and ornamental needlework as well as the regular subjects of Reading, Writing and Arithmetic. In addition, Sisters Francis and Joseph gave private lessons in music to a number of students. Every weekend the sisters continued visitation of the sick in their homes and at St. John’s Hospital, located in the Victoria Park area. What amazing women they were, those women upon whose shoulders we are privileged to stand!
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El 1 de mayo de 1843 se abrió la Escuela de Nuestra Señora de la Merced en St. John’s con cuatro maestras – las Hermanas Francis Creedon, Ursula Frayne, Rose Lynch y Joseph Nugent, esta última había hecho la profesión de votos como Hermana de la Merced el 25 de marzo de ese año.
Para entonces, las Hermanas llevaban casi un año en Terranova, un año en el que se dedicaron a visitar y cuidar a los pobres y enfermos de la ciudad, recorriendo las estrechas calles y visitando las rudimentarias chozas en las que vivían muchos de los católicos irlandeses. Cuando se inauguró la escuela había cuarenta y dos alumnos matriculados, y al año siguiente asistían cincuenta y cinco.
Los periódicos de la época cuentan que los cursos incluían geografía, uso de globos terráqueos, historia, latín e italiano, costura sencilla y ornamental, así como las asignaturas habituales de lectura, escritura y aritmética. Además, las hermanas Francis y Joseph daban clases particulares de música a varias alumnas. Cada fin de semana las hermanas continuaban visitando a los enfermos en sus casas y en el Hospital de San Juan, situado en la zona de Victoria Park. ¡Qué mujeres tan asombrosas eran, aquellas mujeres sobre cuyos hombros tenemos el privilegio de estar!
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