In the second week of COP15, Canada and most of the G7 countries formed an alliance designed to force mining companies to adopt more “environmentally sustainable and socially responsible” standards to protect the biodiversity of our planet.
The COP talks are an effort to get countries to agree to policies that will halt and repair the damage and destruction caused by human activities like mining on the planet’s ecosystem and wild species. Over the course of the talks, attention has been focused on preserving 30% of the world’s land and water by 2030. But this depends on the technology and the finances available, and no deal can happen, however worthy and necessary, unless there are adequate resources. Several complex issues are at play in the negotiations – including the questions of how much territory countries are willing to leave undeveloped for the conservation of natural habitats and how to finance that effort. While there was agreement that countries which have great biodiversity, but which also need to develop their economies should not be the ones to carry the burden for the rest of the world, no significant progress has been made in resolving that critical issue.
Another area of focus during the past week was the supply chain for critical minerals and metals like copper, lithium and nickel, which are essential to most modern technology – cellphones, laptops, energy storage, rechargeable batteries for electric cars, etc. The World Bank has predicted that the demand for these critical minerals will rise 500% by 2050.
It is the hope of all the countries involved that a worldwide plan for the protection of nature and the conservation of our planet’s biodiversity can be developed during COP15. Let us pray that the negotiators in this process will be open and creative in their efforts to ensure a sustainable future for all creation, both human and other- than- human.
En la segunda semana de la COP15, Canadá y la mayoría de los países del G7 formaron una alianza destinada a obligar a las empresas mineras a adoptar normas más “sostenibles desde el punto de vista medioambiental y socialmente responsables” para proteger la biodiversidad de nuestro planeta.
Las conversaciones de la COP son un esfuerzo para que los países acuerden políticas que detengan y reparen el daño y la destrucción causados por actividades humanas como la minería en el ecosistema y las especies salvajes del planeta. En el transcurso de las conversaciones, la atención se ha centrado en preservar el 30% de la tierra y el agua del planeta para 2030. Pero esto depende de la tecnología y las finanzas disponibles, y ningún acuerdo puede llevarse a cabo, por digno y necesario que sea, a menos que se disponga de los recursos adecuados. Hay varias cuestiones complejas en juego en las negociaciones, como la cuestión de cuánto territorio están dispuestos a dejar los países sin desarrollar para la conservación de los hábitats naturales y cómo financiar ese esfuerzo. Aunque se está de acuerdo en que los países que tienen una gran biodiversidad, pero que también necesitan desarrollar sus economías, no deben ser los que soporten la carga del resto del mundo, no se ha avanzado mucho en la resolución de esta cuestión crítica.
Otro tema de interés durante la semana pasada fue la cadena de suministro de minerales y metales críticos como el cobre, el litio y el níquel, que son esenciales para la mayoría de las tecnologías modernas: teléfonos móviles, ordenadores portátiles, almacenamiento de energía, baterías recargables para coches eléctricos, etc. El Banco Mundial ha pronosticado que la demanda de estos minerales críticos aumentará un 500% de aquí a 2050.
Todos los países implicados esperan que durante la COP15 pueda desarrollarse un plan mundial para la protección de la naturaleza y la conservación de la biodiversidad de nuestro planeta. Recemos para que los negociadores de este proceso sean abiertos y creativos en sus esfuerzos por garantizar un futuro sostenible para toda la creación, tanto humana como no humana.